Amigos y Enemigos
Amigos y Enemigos
Los buenos, los malos y las apariencias.
Hoy la línea que separa a los aliados y a los adversarios no
siempre es tan nítida, por lo que Ezio hace bien en no fiarse del todo de la
gente hasta que identifica claramente quiénes están de su parte. y quiénes no.
Leonardo da Vinci.
Nicolás Maquiavelo.
Maquiavelo tiene algo siniestro. Esta suposición no se ve mermada por el hecho de que su apellido se emplee en el popular adjetivo “maquiavélico” que suele aplicarse a alguien que quiere conseguir ventajas políticas y personales a toda costa. El uso de la palabra se popularizó tras la publicación de su famosa novela El Príncipe, que se convirtió en el manual del comportamiento para los oportunistas y con jugadores. Maquiavelo, astuto como un zorro, disimula bien su alianza con los asesinos. Se oculta a plena vista como un funcionario cuando Ezio lo conoce. Sus medios astutos vienen bien cuando ayuda a Ezio a vencer al monje enloquecido Girolamo Savonarola, y a recuperar el Fruto del Edén. Acaba convirtiéndose en el líder de la hermandad, aunque sus posturas y las decisiones no siempre coinciden. Además, nunca está claro del todo. qué intereses persigue.
Rodrigo Borgia.
Marco Barbarigo.
Barbarigo, de alta cuna y con atuendo lujoso, luce su riqueza sin atender a la pobreza de los demás. Está acostumbrado a salirse con la suya echando mano de la astucia y del engaño o contratando a otros para que hagan el trabajo sucio. Podríamos debatir si eso lo convierte en un cobarde o en un táctico maestro. Mejora notablemente su estatus al servicio de Rodrigo Borgia, Gran Maestro de la Orden de los Templarios, que lo convierte en dogo de Venecia. A partir de entonces puede que consciente de su suerte o por miedo a perder su ilícita posición, no es habitual verlo fuera de su palacio. Ezio roba una máscara de carnaval para entrar en una fiesta privada, pero incluso así tiene que usar su pistola oculta para acabar con el fraudulento reinado de Barbarigo.